Llegaron las
vacaciones de verano. Los niños están en casa y los padres de familia aún no se
deciden a que se dedicaran sus pequeños, una buena opción sin duda es la
práctica del deporte.
La práctica habitual de ejercicio físico moderado contribuye
al mantenimiento de un buen estado general de la salud,
ayuda a estar bien, sentirse sano,
tener vitalidad, facilitando el buen funcionamiento de los diferentes
órganos y sistemas del cuerpo. El hacer
deporte en un niño aumenta la autoestima, evita su sedentarismo,
aprenden el valor del esfuerzo, les ayuda a socializarse y mediante las reglas
de cada deporte o juego aprenden a respetar las reglas de la sociedad y de la
vida.
Desde muy pequeños y
gracias a la práctica del deporte
aprenden que conseguir objetivos, para tal
requiere una etapa de aprendizaje, sacrificios, esfuerzo
y se les ayuda a entender que no todo es inmediato, ni fácil de
conseguir. Aprenden también que hay batallas que se pierden, y hay que ser
fuerte para poder afrontarlo y conocen de primera mano el buen sabor de los
triunfos conseguidos. Es una manera de ayudar a los niños que tienen poca
tolerancia a la frustración.
Por estos días es muy común observar que por cualquier punto
de la ciudad comienzan a funcionar una serie de academias que enseñan las
diferentes disciplinas deportivas. Siempre me he preguntado ¿Estarán los
entrenadores o técnicos, capacitados para trabajar con los niños?
Y casi siempre mi respuesta fue que no, son pocos los que se han
capacitado.
La labor de un entrenador
para los pequeños que se inician en la práctica de algún deporte siempre
tiene que ser desde el punto de vista educativa, pedagógica, formativa, estos aspectos son tan importantes
o más que sus capacidades y
conocimientos técnicos del deporte específico que practiquen.
La labor principal de un entrenador de base es la de educar
a los niños en una serie de valores, tales como la solidaridad, el
compañerismo, la amistad y el respeto al
adversario. Por lo tanto, los resultados a corto plazo se tienen que considerar
siempre como una cuestión secundaria.
Muchos entrenadores consideran la victoria como su principal objetivo,
incluso con niños muy pequeños, esto nunca tiene que darse.
Está en los padres de familia la responsabilidad en que academia inscribe a
sus hijos y está en las autoridades deportivas
verificar quiénes son los que enseñan a los pequeños.