viernes, 9 de mayo de 2014

La cadena que no se rompe

El fútbol es pasión de multitudes. El balompié gusta e interesa a grandes y chicos, a pobres y ricos, pero también el deporte rey mueve muchos intereses, desde las esferas de alto nivel, dígase la Fifa, hasta la liga más humilde.
Y nuestro fútbol casero no puede escapar a esta verdad, un amigo me dijo que esto de la globalización también ha llegado a este deporte y me parece que sí. Hace poco terminé de leer el libro  "El Próximo Escenario Global" del japones Kenichi Ohmae y  en el mismo detalla cómo el mundo en estas tres últimas décadas ha cambiando, de cómo la economía mueve al mundo a una velocidad vertiginosa. Y es que este movimiento económico también ha llegado a este deporte. Si los de arriba se benefician con millones de dólares, los de abajo se pueden favorecer con algunos cientos de soles.
Apelando a Manuel González Prada y su celebre frase: "En el Perú donde se pone el dedo salta la pus", yo diría que en nuestro balompié de casa donde se mira hay actos nada honestos.
Es algo que se sabe, es algo que se siente, es algo que se percibe, pero es algo difícil de demostrar y es que los hechos nada honrados difícilmente dejan facturas.
Por estos días en las diferentes ligas distritales se están desarrollando las elecciones para renovar o reelegir las juntas directivas. ¿Estos nuevos directivos tendrán el valor de limpiar sus ligas, de fumigar de los hechos nada claros? ¿Rendirán los balances  económicos al pie de la letra? ¿Harán respetar las normas que se dan para que los clubes estén bien constituidos?
Estoy convencido que el mal del fútbol peruano nace desde esta esfera, porque estos presidentes elegirán luego al presidente provincial, luego este al presidente departamental y finalmente este al presidente de la Federación Peruana de Fútbo

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Soy periodista y me gusta serlo y pienso que: En esta vida hay de todo, periodistas que dicen que no se casan con nadie, pero que se acuestan con cualquiera, lastima que sea impotente.