Carlos yáñez perdió la vista a los
tres meses de nacido
La natación es su vida y la Navidad un
momento especial
Su mundo es diferente, dentro de la
oscuridad en que se desenvuelve ha encontrado una luz y es que Carlos
Jair Yáñez Huamán, ha aprendido a ver con el corazón, a sus 11
años de edad tiene bien claro el concepto de amor al prójimo y, en
consecuencia, sabe bien el significado de la Navidad.
"Me pongo triste porque las
personas piensan más en los regalos, se preocupan más en gastar su
dinero en cosas materiales en vez de buscar la unión familiar en
torno al niño Jesús. La Navidad es un momento muy especial".
Carlos es nadador, integrante del club
Padre José Schmidpeter y es ciego.
Perdió a la vista a los tres meses de
nacido, tras una mala intervención quirúrgica en EsSalud, incluso
llegó a ir a Cuba, pero el daños era irreversible. "Sé de los
colores, me hablan mucho de ellos, pero yo solo veo oscuro, pero
puedo caminar en esa oscuridad sin ningún problema, cosa que los
demás no pueden hacer".
En el verano del 2012, Carlos había
ido hasta tres piscinas para que le pudieran enseñar a nadar, pero
nadie se atrevía. Un día su madre decide llevarlo a la piscina de
Alto Selva Alegre y habla con el profesor Willy Merma.
"Al principio tenía mis dudas,
me hacía una serie de preguntas ¿cómo enseñar a nadar a un
cieguito? Pero me armé de valor y recordé que antes había enseñado
a uno niño down y autista y me salió bien", recuerda Willy
Merma.
Casi todo los niños que se inician en
aprendizaje de la natación siente cierto temor, incluso se reusan
entrar a la piscina, con Carlos fue diferente. "Le puse sus
boyas y con temor lo metí a la piscina, pero fue tal su adaptación
que sentí que no tenía miedo y eso me sorprendió. A la semana él
ya estaba nadando", recuerda Merma Coaguila.
Este pequeño sin querer se ha
convertido en el símbolo de superación, en el "sí se Puede"
de su club.
"Muchos nadadores cuando sienten
que ya no pueden rendir más en una competencia o entrenamiento,
recuerdan lo que hace Carlitos y siguen para adelante", cuenta
Willy Merma.
El pequeño nadador ya está listo
para competir, pero hasta ahora no lo ha podido hacer por que no hay
otros nadadores en su categoría, pero siempre que su club participa
en un certamen él nada en calidad de exhibición y es alentado
por sus compañeros, su especialidad es el estilo espalda.
"Yo estoy contento con nadar que
es mi vida, pero también estudio, terminé la primaria en mi colegio
República de Francia. Cuando sea grande seré abogado, para poder
defender a los demás, para que no haya tanta desigualdad. Cuando no
estoy nadando o estudiando me gusta montar bicicleta". En estas
vacaciones Carlos, seguirá entrenando, tiene su sueño de participar
en los Panamericanos en Lima 2019.
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