Para llegar a Arequipa,
las señoritas integrantes
de la selección de
fútbol del colegio Carlos
Ríos Ríos tuvieron que viajar
por 4 días.
La mencionada
institución educativa se
encuentra en la Comunidad
Nativa Nuevo Mundo, en el
distrito Echarate, provincia
de La Convención, región
Cusco, y son de la etnia Matsiguenga,
y aparte de hablar
el español se comunican con
el dialecto matsigenka.
Ellas salieron de su poblado
el pasado 31 de agosto e hicieron
un viaje de más de 8
horas en bote por el río Urubamba,
hasta el poblado de
Ivochete. En ese lugar pernoctaron
y al día siguiente
muy temprano tomaron un
bus para viajar por ocho horas
hasta Quillabamba, donde
también descansaron. Y
tras esto viajaron por 6 horas
hasta Cusco, de la capital
del imperio de los incas
enrumbaron hasta a Arequipa,
por espacio de 11 horas.
Las deportistas por primera
vez vieron el volcán Misti en
la mañana del domingo 4 de
setiembre.
Por estos días el desarrollo
de la vida en Nuevo Mundo
nos es normal. Al margen
de dedicarse al cultivo del
cacao, el plátano y la yuca,
también a la pesca del bagre,
bocachico, para el consumo
doméstico, y a la caza
de los monos o el roedor
majaz también para su
alimentación, los pobladores
están a la expectativa
o pendientes de lo que hagan
sus jóvenes guerreras
en el torneo de fútbol escolar
en la fase macrorregional
de los Juegos Deportivos Escolares,
que se juega en el estadio
Umacollo.
Ellas están muy contentas.
Ayer vencieron por 2-1 al colegio
San Antonio de El Pedregal,
que representa a
Arequipa en la categoría
“C”, y consiguieron clasificar
a la fase nacional de estos
juegos que se desarrollará
en Lima en octubre.
“Lo alcanzado hoy (ayer) es
en base a trabajo, la disciplina
y humildad. Sin duda que
hay fiesta en nuestro pueblo.
Arequipa nos ha tratado
bien, lo que más les ha gustado
a las chicas es la Plaza
de Armas”, comenta el profesor
Faustino Díaz Masías.
Por ahora las jóvenes han conocido
la arquitectura de la
ciudad, más no su gastronomía.
“Nos han hablado tanto
de la comida arequipeña
que nos iremos sin probarla.
Es que, la verdad, no tenemos
dinero; es muy cara
la vida aquí. Además, nuestro
viaje de regreso es costoso;
con decirles que el pagar
el bote nos cuesta 2 mil
800 soles por viaje, es decir
ida y vuelta sale más de 5
mil soles; aparte está el viaje
por tierra”, comenta Raúl
Vílchez Medina, padre de familia
que acompaña a las deportistas,
quienes hoy, a las
8 de la noche, inician el largo
viaje de retorno
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