lunes, 28 de septiembre de 2020

ESTIGMAS DEL IPD AREQUIPA

 


Hace varios años atrás, por esas cosas de la vida, un presidente del IPD Arequipa tuvo la dicha de conseguir una cita con el máximo jefe de Southern Copper, la idea era exponer todo lo que se necesitaba para el desarrollo deportivo de la región. Este presidente se presentó y expuso una relación de lo que se tenía que hacer. Cuando terminó de hablar la autoridad deportiva, el alto funcionario de la minera le preguntó sobre los proyectos, costos, documentación, línea de trabajo. La respuesta fue “Se lo hacemos llegar”. Ahí quedó todo.

El santo francés Bernardo de Claraval, en el medioevo, acuñó la frase: “El camino al infierno está lleno de buenas voluntades o deseos». Y esa parece ser la historia del Instituto Peruano del Deporte en Arequipa, y sin herir susceptibilidades, en su mayoría los presidentes que llegaron a dirigirlo terminaron mal, es cuestión de hacer memoria y entrar a los archivos de Transparencia y leer las resoluciones, pocas pero muy pocas son las excepciones.

Por todo lo que ha sucedido en los últimos 20 años, los hechos han demostrado que no solo basta conocer el desarrollo del deporte de alto nivel, haber sido deportista destacado o tener experiencia en la administración deportiva.  A mi juicio, también se tiene que tener un alto concepto y grado de honestidad. Esa honestidad incluso en reconocer que hay cosas que no se sabe pero que se tiene el deseo de hacerlo y en consecuencia de rodearse de personas adecuadas.

Hay mucho por hacer en el IPD. Pero creo que dos temas son ahora la prioridad. Primero contar con el personal adecuado en todo el sentido de la palabra, gente que conozca de políticas y administración deportiva y sobre todo que estén bien remunerados. No es posible que a un técnico capacitado se le ofrezca ganar el sueldo mínimo que es 930 soles, mientras que por ese mismo cargo en Lima ganan más allá de los 3 mil soles.

Otro aspecto es tener un plan de trabajo, donde se especifique al detalle cuál va ser el desarrollo en el deporte recreativo y afiliado, exponer qué y cómo se va hacer y que se especifique las fuentes de financiamiento, un tema fundamental, y no solo esperar que Lima mande de las migajas económicas.

La máxima autoridad deportiva tiene que ser alguien que tenga el alto grado de sentir el bien común, que pueda desarrollar gestiones al mil por ciento, trabajar en alianzas estratégicas acordes a nuestra realidad con el gobierno regional, municipalidades provinciales y distritales.

Juan Manuel Guillén Benavides fue presidente regional en dos periodos. Cuenta que en una reunión se estaba elaborando el presupuesto anual, cuando alguien preguntó cuánto iba ser destinado al deporte. La autoridad regional miró y preguntó: ¿Cuál deporte? Y le respondieron que cuánto se iba entregar al IPD. Guillén, entre broma y en serio, dijo algo así: “IPD, ¿Qué es eso? Aquí nunca, nadie de ese organismo vino a verme para hablar del tema”.


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Soy periodista y me gusta serlo y pienso que: En esta vida hay de todo, periodistas que dicen que no se casan con nadie, pero que se acuestan con cualquiera, lastima que sea impotente.