El escritor italiano Giovannino Guareschi, a través de la
obra “Pequeño Mundo” cuenta la historia de un "curita" de una pequeña
parroquia Don Camilo y un alcalde comunista Pepón. En la película “El Mundo de
Don Camilo” de 1983, Terence Hill, recrea esta historia, donde aparte de los
dos personajes el protagonista central es el juego del fútbol.
Salvando distancias en Mariano Melgar, también unos
sacerdotes y el fútbol son protagonistas de una dulce e interesante historia.
Hace 37 años los sacerdotes de la Congregación del Santísimo
Redentor (Redentoristas) de la Parroquia Señor de los Milagros, del distrito de
Mariano Melgar, crearon los campeonatos de futbol de menores en sus inicios con
3 categorías. En la primera edición
participaron 150 niños, al torneo se le domino “Señor de los Milagros”; fue
todo un éxito.
El promotor deportivo de esta “Casa de Dios”, José Luis
Molina Montenegro, recordó que en 1983 el padre Nicasio (español), con el apoyo
de los jóvenes catequistas de la Parroquia, creó los torneos para dar actividad
deportiva a la niñez y se puedan recrear sanamente.
José Molina recuerda que el campeonato Señor de los Milagros
en sus inicios lo jugaron en la polvorienta cancha de tierra llamada Strong
Boys -hoy Campo Revolución Peruana-, dichos cotejos fueron arbitrados por los
catequistas de las diversas capillas de la jurisdicción del distrito y lo
jugaban con la pelota de Mini ball.
“Para que esté en buen estado el escenario deportivo, los
pequeños deportistas hacían faenas de limpieza para retirar las piedras y el
cascajo que brotaba por el uso de la cancha, estas labores lo realizaban el día
anterior a la jornada deportiva. Estos torneos lo jugaban en verano, es decir
los meses de enero, febrero y marzo, en las vacaciones. Los campeones de cada
categoría iban a las climáticas de Camaná por 7 días con todos los gastos
pagados, gracias a los hermanos de la Salle apoyaba de esta manera a fomentar
la práctica del fútbol”, cuenta Molina Montenegro.
Este campeonato comenzó con las categorías sub 7, sub 9 y
sub 11, las dos primeras divisionales jugaban 15 minutos cada tiempo en la
media cancha y la otra categoría en todo el campo deportivo el tiempo de juego
era de 50 minutos en total. “El padre Nicasio hacia entrega de útiles escolares
a todos los participantes, estos presentes lo donaban la Librería Codisa, y la
Fábrica Sarfaty, entregaba los trofeos y premios sorpresas a los primeros
lugares de cada categoría. Estas gestiones lo realizaban él y sus catequistas
para beneficio de los infantes” reitera José Luis Molina.
En 1986 se realiza el cambio de administración y lo asumen
los padres Francisco, Ignacio y Antonio Ruiz de la congregación Unión
Sacerdotal Lumen Dei (Luz de Dios); a partir de esa fecha los campeonatos llevan
el nombre de “Santa María”, el fútbol de varones y el vóley de damas. El torneo
del balompié con sus diversas categorías se juega en la cancha Revolución y el
vóley en el Colegio Andrea Valdivieso, el director de esos años cedió las
instalaciones deportivas a la Parroquia gratuitamente para el desarrollo de los
campeonatos.
“Los torneos de verano de vóley que organizaba la Parroquia
del Señor de los Milagros, impulsó el deporte de los mates en la niñez y
juventud del distrito, motivando la creación de la Liga de Vóley Femenino,
donde participaron en sus inicios un buen número de sextetos de las barriadas
de esta jurisdicción. La verdad, era muy bonito ver que las niñas hagan
deporte” sostiene Molina.
Al asumir la jefatura de la parroquia el padre Emilio
Acevedo Vargas, artífice de la construcción de la esfinge del Señor de los
Milagros en el distrito de Mariano Melgar, opta por llamar a los campeonatos de
verano “Cristo Blanco”, el cual se conserva hasta la actualidad. La primera
innovación del padre Emilio fue declarar el campeonato libre para que puedan
participar equipo de otros distritos vecinos con la finalidad de hermanar las
parroquias con estos juegos donde no haya ganadores ni perdedores solo
confraternidad religiosa y futbolera ese era el objetivo de estos certámenes.
El padre Acevedo Vargas estuvo presente en todas las fechas
del campeonato de verano. Con su presencia imponía disciplina y respeto entre
jugadores y aficionados. Molina Montenegro sostiene que tanto era el respeto
al sacerdote Acevedo que las personas que se ponían a beber licor, fuera del
alambrado del campo Revolución, para observar los partidos se retiraban para
evitar la llamada de atención. Además, hacia rondas en su Volkswagen durante el
desarrollo de cada fecha para evitar algún acto de indisciplina de los aficionados
que se daban cita.
Desde que se inició el campeonato los equipos participantes
llevaron los nombres de todos los santos, como por ejemplo Santo Toribio, San
Agustín, Santa Teresa y se les inculcó jugar con mucha lealtad y con respeto al
rival, los que cometían faltas verbales o reclamaban con palabras subidas de
tono eran retirados o los expulsaban de todo el torneo. En estos certámenes el
jugador tiene que mostrar una buena conducta dentro y fuera del campo requisito
indispensable para participar.
En los campeonatos del padre Acevedo, los ganadores viajaban
a la ciudad de Cusco, con todos los gastos pagados para rivalizar con la
parroquia de esta región. También se les apoyaban a los jugadores con becas pre-universitarias
y otros premios que conseguía el prelado.
“Desde el año 2017 se hace cargo los párrocos Alberto
Lavilla y Elio Rodríguez de la Congregación Diocesanos, a los jugadores se les
comienza a dar charlas espirituales y los llevan a los campamentos en la
provincia de Caylloma para el retiro espiritual. También participan en las
misiones y son actores de la Vía Crucis que organiza la parroquia del Señor de
los Milagros por Semana Santa, en este acto teatral integran más de 100 actores
entre damas y varones” informa Molina.
Cabe recordar que en 1990 ingresa como promotor de las
actividades deportivas, José Luis Molina Montenegro, quien organiza la “Primera
Olimpiada de Niño y Padres de Familia”, donde participaron los asentamientos
humanos del distrito. Esta fiesta deportiva se realizó en el estadio del
cuartel Salaverry.
En este tradicional torneo se forjaron cientos de
deportistas que actualmente juegan en las diferentes ligas distritales con buen
éxito. Edson Aubert jugó por el San Francisco y Aldair Rivadeneyra defendió al equipo
de Santa Rita de Casia y actualmente militan en el FBC Melgar y Alianza
Lima, respectivamente.
Desde los inicios de estos campeonatos la parroquia ha
solventado todo el gasto de organización, las inscripciones completamente
gratuitas, solamente las instituciones participantes aportan los uniformes de
sus clubes y el pago de los arbitrajes. Los padres de la parroquia, agradecen a
los exalcaldes de Mariano Melgar, Augusto Del Castillo y Artidoro Ojeda Suclla,
quienes uniformaron a todos los clubes participantes de esos años también los
apoyaba con el escenario deportivo. Por su parte, el exalcalde de Miraflores,
Arturo Valderrama apoyó con el riego de la cancha que era de tierra, entregó
gaseosas en cada fecha y trofeos en las clausuras de estos campeonatos.
Sin duda que el torneo del “Cristo Blanco” es uno de los más
esperados, porque después de todo es una bendición jugar al fútbol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario