Por estos días, en Chile se desarrolla la XVI edición de los Juegos Deportivos de la Juventud Trasandina, certamen polideportivo al que le tengo mucho cariño, porque prácticamente lo vi nacer y hoy soy testigo de su crecimiento. Mucha agua ha pasado bajo el puente, muchos deportistas que empezaron a competir a nivel internacional allí y después llegaron a participar en mundiales y hasta en Olimpiadas, hablo de los deportistas no solo de Perú, sino también de Argentina, Chile y Bolivia.
Muchas disciplinas han crecido y se han desarrollado de la mejor manera, por ejemplo, cuando se inició los Judejut, solo en Arequipa se practicaba el judo, hoy estas artes marciales se practican en Puno, Moquegua, Tacna y Cusco que también compiten en los Trasandinos.
También la infraestructura deportiva creció y Chile es quizás el país que más aprovechó estas circunstancias, pero también en nuestro país los más favorecidos fueron Cusco, hoy tiene una pista de atletismo, o Tacna con una buena piscina, todo gracias a los Trasandinos.
¿Y Arequipa? Creció, pero solo en el aspecto deportivo y en gran porcentaje por el sacrificio del mismo deportista, sus padres y entrenadores. No tanto por la autoridad deportiva (no estoy diciendo dirigentes, porque algunos de ellos también se fajaron a favor del deportista).
No puede ser que después de 16 años de participar en los Judejut y ser 14 veces campeones de estos juegos podamos seguir maltratando a la razón de los Trasandinos: los jóvenes menores de 19 años de edad.
Me rehúso a creer que después de tanto tiempo se siga cometiendo errores, por ejemplo, en el transporte, en la alimentación, en los uniformes, en el material deportivo. La verdad, para algunos nada ha cambiado, todo sigue igual.
Muchas disciplinas han crecido y se han desarrollado de la mejor manera, por ejemplo, cuando se inició los Judejut, solo en Arequipa se practicaba el judo, hoy estas artes marciales se practican en Puno, Moquegua, Tacna y Cusco que también compiten en los Trasandinos.
También la infraestructura deportiva creció y Chile es quizás el país que más aprovechó estas circunstancias, pero también en nuestro país los más favorecidos fueron Cusco, hoy tiene una pista de atletismo, o Tacna con una buena piscina, todo gracias a los Trasandinos.
¿Y Arequipa? Creció, pero solo en el aspecto deportivo y en gran porcentaje por el sacrificio del mismo deportista, sus padres y entrenadores. No tanto por la autoridad deportiva (no estoy diciendo dirigentes, porque algunos de ellos también se fajaron a favor del deportista).
No puede ser que después de 16 años de participar en los Judejut y ser 14 veces campeones de estos juegos podamos seguir maltratando a la razón de los Trasandinos: los jóvenes menores de 19 años de edad.
Me rehúso a creer que después de tanto tiempo se siga cometiendo errores, por ejemplo, en el transporte, en la alimentación, en los uniformes, en el material deportivo. La verdad, para algunos nada ha cambiado, todo sigue igual.
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