MELGAR GOLEO 4-0 A JUNIOR Y SE FUE DE LA COPA SUDAMERICANA CON LA FRENTE EN ALTO
La gente llegaba de a poco al estadio de la UNSA, se acomodaba, se sentaba. Pensando que su equipo había perdido 5-0 en Colombia, y entre ellos se decían que era difícil remontar el marcador. Pero en lo íntimo de un hincha, en lo profundo de su corazón, siempre hay un sí se puede. Y por poco Melgar logra esa clasificación, pero no alcanzó, los rojinegros, dejaron el amor propio de guerreros, en una jornada épica en el gramado del estadio Arequipa, y golearon por 4-0 al Atlético Junior de Barranquilla. Una goleada que no sirve para clasificar, pero sí para dejar el campo de juego como los grandes.
Melgar quedó eliminado de la Copa Sudamericana, el 5-0 en Colombia ayer le pasó factura.
Melgar quedó eliminado de la Copa Sudamericana, el 5-0 en Colombia ayer le pasó factura.
CUESTA ARRIBA
Desde el arranque, el argentino Bernando Cuesta inquietaba y sobre los cuatro minutos anotaba el primero. Esa esperanza, fe, que estaba en el fondo, comenzaba a despertar. Y fue nuevamente a los 45' que Cuesta, con su segundo gol, hacía gritar a los aficionados que "sí se puede", y que el segundo tiempo iba ser de candela.
En el complementó ingresó Montaño, quien le dio más movilidad al mediocampo; de la misma manera, Quina puso más jerarquía; es justamente este jugador, mediante un tiro libre, quien anota el tercero; el reloj marcaba 29 minutos del segundo tiempo, la UNSA era un loquerío.
El rival, Atlético Junior, trataba de contragolpear, pero el efecto de la altura y la falta de argumentos tácticos se lo impedían.
La gente miraba sus relojes; la fe, como nunca, creció en el aficionado y sobre los 37 minutos aparece la figura de Acaciete, quien coloca el 4-0, desatando una locura, abrazos en las tribunas, llantos de emoción en las gargantas.
"Solo un gol, solo uno", era el clamor; los "rojinegros" seguían luchando en el campo de juego, pero la recia defensa de Junior fue una gran muralla. De pronto lo que no se quería escuchar, el pitido del árbitro Patricio Polic, el partido había terminado. Melgar solo llegaba hasta aquí. Los rostros reflejaban tristeza, bronca entre los jugadores; mientras que, desde las tribunas, el aplauso de los hinchas era el reconocimiento al gran trabajo que hicieron. Será para la próxima.
Desde el arranque, el argentino Bernando Cuesta inquietaba y sobre los cuatro minutos anotaba el primero. Esa esperanza, fe, que estaba en el fondo, comenzaba a despertar. Y fue nuevamente a los 45' que Cuesta, con su segundo gol, hacía gritar a los aficionados que "sí se puede", y que el segundo tiempo iba ser de candela.
En el complementó ingresó Montaño, quien le dio más movilidad al mediocampo; de la misma manera, Quina puso más jerarquía; es justamente este jugador, mediante un tiro libre, quien anota el tercero; el reloj marcaba 29 minutos del segundo tiempo, la UNSA era un loquerío.
El rival, Atlético Junior, trataba de contragolpear, pero el efecto de la altura y la falta de argumentos tácticos se lo impedían.
La gente miraba sus relojes; la fe, como nunca, creció en el aficionado y sobre los 37 minutos aparece la figura de Acaciete, quien coloca el 4-0, desatando una locura, abrazos en las tribunas, llantos de emoción en las gargantas.
"Solo un gol, solo uno", era el clamor; los "rojinegros" seguían luchando en el campo de juego, pero la recia defensa de Junior fue una gran muralla. De pronto lo que no se quería escuchar, el pitido del árbitro Patricio Polic, el partido había terminado. Melgar solo llegaba hasta aquí. Los rostros reflejaban tristeza, bronca entre los jugadores; mientras que, desde las tribunas, el aplauso de los hinchas era el reconocimiento al gran trabajo que hicieron. Será para la próxima.
JUAN REYNOSO
"Agradezco a los muchachos por lo dejado en la cancha. No fue un partido brillante, fue un compromiso que se jugó con el corazón. Pienso que fuimos los únicos que creíamos en lo que podíamos hacer, porque creemos en lo que podemos hacer nosotros. Hoy nos lavamos la cara y mostramos a los chicos que pueden dar más, que con trabajo nos podemos cobrar la revancha en una Copa Libertadores. Señores, esto es fútbol y esto queda marcado en la piel".
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