miércoles, 23 de septiembre de 2015

Humberto Augusto Martínez Morosini

Nota que realizó el periodista arequipeño Juan Pablo Olivares Miranda a don Humberto Martínez en agosto del año 2013, cuando el buen "negro" radicaba en Lima. (RJLR)
 



Por: Juan Pablo Olivares Miranda
Conversar con un ser humano excepcional es un privilegio, conocer y resaltar algo de su vida es una satisfacción. Don Humberto Martínez Morosini es uno de los mejores periodistas deportivos de nuestra historia, ha dejado grandes enseñanzas durante sus 60 años de carrera y sus 84 años de vida.
Don Humberto, amante de la lectura, hincha de Alianza Lima nació en Arequipa un 13 de marzo de 1929. Creció en una sociedad muy conservadora y allá por el año 50 tras una discusión con su padre decidió partir a la ciudad de Lima.“En el año 50 los hogares arequipeños eran muy conservadores, muy radicales, tuve una discusión con mi señor padre y me salí del límite del respeto, eso me afectó, lo que originó que como buen arequipeño se me entre el indio y viaje a Lima”. A Don Humberto le invade la nostalgia y añade “La que más sufrió con esta decisión fue mi madre, pero yo le dije que no se preocupe, que algún día verá mi nombre escrito en todos los periódicos y así fue”.

A sus 84 años de vida en la tranquilidad de su hogar nos cuenta cómo llegó a ser una leyenda viva del periodismo: “La primera trasmisión que realicé fue la carrera automovilística Buenos Aires-Caracas-Buenos Aires, en esta carrera competían varios pilotos peruanos como: Julio Huasasquiche, el gringo Bradley y el arequipeño Godofredo, fue una trasmisión para toda Sudamérica y la verdad que me esmeré para hacer lo mejor posible”.

Don Humberto, recuerda como si fuera hoy y se llena de satisfacción al recordar el gran trabajo que realizó en Arequipa “Trabaje prácticamente en todas las radios de Arequipa, en radio Continental, radio Landa, transmití muchos deportes en Arequipa, recuerdo al gran Alejandro Olmedo, ganador de la Copa Davis, también empezaron a salir muy grandes basquetbolistas como los hermanos Vizcarra un par de muchachones, transmití muchos deportes y en donde no llegó otra persona fui llegando yo”.


Aunque quiso ser aviador y también médico, su pasión por el deporte pudo más. Ya en Lima empezó a trabajar en Radio América “Fui agarrando cancha, pero también la suerte me acompañó”. Nos confianza muy contento.

Nadie ha narrado noticias o relatado partidos de fútbol como él. Rompió los moldes de las transmisiones radiales e impuso un singular y único estilo. “Como no me voy a acordar de aquellas frases, si han quedado en la historia, siempre busqué cosas para mejorar y no lastimar a nadie”. “Aquí no pasa nada”, “La blanquirroja”, “La blanquinegra”, “En el rincón de las ánimas” (refiriéndose al arco de fútbol), “La gordita”, “La de cuero” (refiriéndose al balón), todas esas frases han dejado huella; la huela de Humberto Martínez Morosini,, nos dice orgulloso.

En su exitosa carrera Don Humberto tuvo un sin fin de transmisiones, pero la que más recuerda y aquella que marcó su trayectoria como profesional fue una, él respira profundo, se toma una pausa y asegura “Tuve la suerte de narrar el momento en que el hombre llegó a la luna, ese fue sin duda el mejor acontecimiento en el que pude estar presente, pero tampoco puedo dejar de olvidar cuando hacia explotar a la gente las veces que Cubillas o el “Cholo” Sotil mandaban el balón “Al rincón de las ánimas”.



Con gran orgullo y sus ojos quebrantados por la nostalgia de aquellos recuerdos, agrega “Recuerdo la final del Mundial de México 70, cuando Perú volvió a una cita mundialista después de muchos años; como olvidar también cuando estuve en Roma en la final del campeonato italiano en 1975”. Don Humberto afirma que su paso a la televisión fue relativamente rápido, pensó que la televisión no iba a llegar al país, pero fue el canal del Estado quien abrió las puertas y posteriormente se convertiría en la imagen de Panamericana Televisión. “En esa época no existían las famosas facultades de Ciencias de la Comunicación, nosotros fuimos autodidactas, fui aprendiendo en el camino, al comienzo fue muy duro”, asegura.

Don Humberto, ¿Qué le parece la narración de hoy a comparación de la de su época?
(Se toma su tiempo y se pone serio).
Para narrar no se necesita gritar, narrar es un arte, antes se hacía buena radio y no teníamos la tecnología que hay ahora, hoy es mucho más fácil, es sólo un aparatito que nos sitúa en cualquier parte del mundo, donde uno quiera; en ciertos aspectos la tecnología ha ampliado nuestro campo de acción, de nuestro conocimiento”.

A pesar que prácticamente vivió toda su vida en la capital de la república, Martínez Morosini no ha olvidado la ciudad que lo vio nacer, donde hoy descansan sus padres y donde tuvo grandes amigos; aquella tierra que sin duda formó ese gran carácter y temperamento con el que destacó y se convirtió en uno de los grandes periodistas más queridos y recordados.

Al preguntarle sobre la comida arequipeña, lo primero que se le vino a la mente fue un riquísimo rocoto relleno o un inigualable adobo. Don Humberto- apenas puede- se da un tiempo para visitar Arequipa, que hoy está de fiesta, como buen arequipeño se une a los festejos y dejó un caluroso saludo a todos sus paisanos. “A todos los arequipeños, a quienes sigo queriendo mucho, les deseo un Feliz Aniversario, los llevo en mi corazón y me siento orgulloso de haber nacido en esta tierra”.

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Soy periodista y me gusta serlo y pienso que: En esta vida hay de todo, periodistas que dicen que no se casan con nadie, pero que se acuestan con cualquiera, lastima que sea impotente.