jueves, 31 de diciembre de 2015

Tareas pendientes




Cuando era niño mi padre me solía llevar a ver los partidos del FBC Melgar en el viejo estadio Melgar. Y solía decir a mis amiguitos, de 4 y 5 años de edad, “mi papá me llevó a ver hartos patatos”. Ese rito de ir al estadio a alentar a la rojinegra se repitió en mi juventud. Le tengo un gran cariño a Melgar. Pero estando frente al teclado de esta computadora esa simpatía, ese cariño, queda atrás. Me hice periodista no para agradar o quedar bien con los demás. Los que me conocen saben que ese no es mi estilo.
Estando en este mundo del periodismo deportivo, desde hace 25 años, vi y entendí, desde adentro, cómo es el manejo del fútbol comercial e industrial (para muchos profesional). Ese mundo donde todo el conjunto de valores y ética queda de lado, donde lo más importante es ganar dinero, donde a uno le pueden estar metiendo el dedo mientras grita un gol. Porque por un puñado de entradas,  se puede decir que todo está bien y seguir nadando en el lodo de la inmundicia e  indecencia.
Siempre lo he dicho, el fútbol comercial  es una religión y  los hinchas son sus fundamentalistas. Yo  soy un ateo.  Y como toda religión, siempre habrá gente que maneje los hilos de la conducta humana para alcanzar el propósito: ganar dinero (casi siempre).
FBC Melgar consiguió, en su centenario, ser campeón de la liga peruana. En Sudamérica solo dos clubes lograron ser campeones de sus ligas en su centenario: Alianza Lima y Melgar.
Tras el título conseguido, es hora de pensar con cabeza fría el futuro del FBC Melgar como institución, en forma integral, y no solamente  pensar en ganar un partido de fútbol o el campeonato. Lo que se debe alcanzar es que el club sea grande como tal, que trascienda y sea sostenible. Hay claros ejemplos en el fútbol peruano  de clubes que tocaron la gloria y después  cayeron en desgracia. Los más cercanos: Bolognesi de Tacna y Cienciano del Cusco, nuestros vecinos,  que solo supieron emborracharse con el triunfo (su hinchada) y después llenarse los bolsillos de dinero y  largarse (los que los dirigieron en la parte administrativa).
El club rojinegro tiene la oportunidad de crecer como institución.   Lo primero que tiene que hacer  es comenzar a pagar la deuda; es decir, pagar a Jader Rizqallah, a la SUNAT, las AFP y extrabajadores.  Además, así lo establece el Plan de Reestructuración. Lo segundo es pensar en tener una sede deportiva donde todo lo explicado anteriormente por Juan Reynoso se pueda concretar, sin estar yendo de un lugar a otro.
El señor  Rizqallah puede hacer lo que mejor le parezca con su dinero. FBC Melgar es privado, de un grupo de socios que por ahora está intervenido. Pero este club es de interés publico, por eso me pronuncio. Nadie ahora o en el futuro puede jugar con los sentimientos de los hinchas, como  Luis Salas, Carlos Roberto Loayza, Javier Oviedo del Carpio, Manuel Ramos, Ricardo Paredes y demás. Hay que recordar que no todo puede ser simplemente gol y dinero.

No hay comentarios:

Soy periodista y me gusta serlo y pienso que: En esta vida hay de todo, periodistas que dicen que no se casan con nadie, pero que se acuestan con cualquiera, lastima que sea impotente.