Juan Reynoso tomó el micrófono y de pronto se escuchó como desde la tribuna del estadio Melgar coreaban su nombre: "¡Reynoso, Reynoso, Reynoso..!"
Suspiró, se mordió lo labios, y saludó: "No sé si merezca todo esto. Todos estamos emocionados con los sentimientos a flor de piel. Los buenos años que he vivido aquí en Arequipa hacen que la despedida sea muy dura. Agradecer al pueblo arequipeño el cariño y la hospitalidad y es algo que no he vivido en ningún lado, ni en Lima. Y eso se lo voy a contar a mis hijos". Reynoso no pudo terminar su discurso. "Me llevó a Arequipa en el corazón y ojalá pueda volver". Y se quebró, buscó el abrazo amical y con suelo de José Suarez. Juntos lloraron.
También, en la tribuna varios hinchas mostraban esa pena, ese sentimiento de agradecimiento con lágrimas. Reynoso salió ovacionado del estadio y a las 17:00 horas un avión lo trasladaba a Lima y luego a México. Así se fue un grande del FBC Melgar.
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