Héctor Hernán Mamani Alejo, hoy está cumpliendo 55 años de
edad y en este día su club cumple 15 años de creación: Club de Voleibol
Juventud Pedregal de Arequipa.
“En los años noventa yo jugaba fútbol en diferentes
campeonatos y me pagaban por eso, aparte que trabajaba como carpintero. En una
de esas conocí a don Roberto Raúl Abarca y Mendoza, que era dueño de la empresa
Transporte Victoria y que enseñaba educación física e historia en la nocturna
del colegio Teobaldo Paredes en 15 de Agosto en Paucarpata, él me pidió que le
ayude en el curso de educación física, eso fue en 1999. Ese año contrataron al profesor Jorge Huachaca
que enseñaba vóley porque el colegio iba participar en los Juegos Cebal y es
ahí donde aprendí algo del vóley”, recuerda.
Ese año campeonaron y luego de eso Héctor Hernán, pasó a
trabajar en el club Rodolfo Espinar de Paucarpata. “Fue el señor Honorio Soto
quién me llevó a trabajar con las más pequeñitas y es ahí donde le agarré el
gusto por trabajar con las niñas.
Después de años me animé a crear mi propio club”.
Mamani Alejo, vive en la urbanización Juventud Pedregal en
Paucarpata que está cerca de Santa Rosa a un costado a la torrentera que es
límite con el distrito de Mariano Melgar. “Yo animé a los padres de familia para formar un club del barrio donde las niñas
puedan jugar, de palabra me apoyaron, pero cuando se tenía que hacer los pagos
de los trámites para la creación del club nadie colaboró, tuve que empeñar un
motor de una circular esas que cortan
madera y con ese dinero funde el club, en aquel entonces gasté más de 350
soles. El motor nunca lo recuperé”.
Tras crear el club se afilió a la Liga de Mariano Melgar era
el 2005, donde jugó tres años, luego se pasó
a la Liga de José Luis Bustamante y Rivero, ahí le fue bien,
clasificando al nacional infantil que se jugó en Ayacucho en el 2008 con 4 niñas de su club y él fue técnico de esa
selección. Hoy en día nuevamente su club juega en la liga melgariana.
Héctor Mamani, debido a esta pandemia no la está pasando
bien. “Básicamente mis ingresos eran por trabajar en el vóley, en mi club, en
colegios y academias, ahora no puedo hacer nada. Por estos días he comenzado
hacer cachuelos de carpintería. El otro día fui arreglar una puerta que un
borracho de una patada lo daño. Hay veces pienso que mejor me hubiera quedado
como carpintero (se ríe)”.
Pero él dice que el vóley le ha dado mucha satisfacción
personal. “Hace tiempo caminaba por la calle y una señorita me para y me dice –profe
se acuerda de mí- Yo la verdad no la recordaba, y me comento que yo la
entrenaba cuando era niña y que aprendió mucho sobre la disciplina y el luchar
por nuestros objetivos, me comunicó que era ingeniera industrial y me regaló 15
pelotas. Eso creo que es el mejor premio, saber que las niñas se convierten
personas de provecho”.
El popular “Piedrita” es técnico graduado y colegiado en vóley y está afiliado a la Federación
Peruana de ese deporte. “Ya hace unas
semanas me llamaron de la federación, me pidieron mis datos y dijeron que nos
iban ayudar, pero hasta ahora no hay nada y yo aquí sigo sobreviviendo con los
cachuelitos que me salen”.
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