sábado, 1 de agosto de 2020

EL DIA EN QUE JULIO GRANDA CASI SE AHOGA TRAS GANAR EL MUNDIAL



Julio Ernesto Granda Zúñiga, hace 53 años, nació en Camaná, y por esta época radica junto a su familia en su casa huerta en la tierra que lo vio nacer. El doble campeón del mundo en ajedrez tiene dos pasiones deportivas: el fútbol y el tenis.

Él recuerda sus años mozos cuando iba a jugar a la playa con sus amigos, con esa mancha que también se divertía jugando en el río o en las grandes acequias, pese a que Julio no sabe nadar.
Mazatlán es una ciudad mexicana a las orillas del océano Pací­fico, allí nació el gran Pedro Infante. Mazatlán es la capital de estado de Sinaloa. Gracias a Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, mejor conocido como “El Chapo”, ese estado es conocido mundialmente; es que ahí operó la temible organización criminal y de narcotrá­fico el Cártel de Sinaloa, o también conocido como Cártel del Pací­fico.

El verano (julio a setiembre) en Mezatlán es muy intenso y la temperatura suele llegar a 34 grados. En agosto de 1980, en esa ciudad se desarrolló el segundo Mundial de Ajedrez Infantil (Sub 14), que fue ganado por Julio Ernesto Granda.

Granda, que para entonces tenía 13 años de edad, había ganado la partida decisiva a un rival árabe y con eso prácticamente se consagraba campeón mundial. Los mexicanos y algunos latinos que estaban ahí se emocionaron mucho, un latinoamericano había ganado el mundial.
“De pronto me levantaron y me lanzaron a la piscina como un modo de celebrar, pero me estaba ahogando porque yo no sé nadar. Me estaba ahogando de puro miedo, porque no me tiraron a la parte más profunda, sino, como decimos a los camanejos, me lanzaron a la más pampayita, pero igual me estaba ahogando, mientras que la gente gritaba de felicidad, hasta que una uruguaya dijo: ¿Che, no se estará ahogando el pibe?, y de pronto me sacaron de la piscina”.

El más grande ajedrecista peruano recordó esta anécdota en el programa virtual de La Cátedra Deportes, con la conducción del experimentado y reconocido periodista Martín Fernández. Granda, el pasado 28 de julio, compartió sus vivencias y anécdotas deportivas junto a otras glorias del deporte como Inés Sofía Mulánovich Aljovín, Jaime Yzaga Tori y Teó­ lo Juan Cubillas Arizaga.
Pero las anécdotas, tras conseguir el campeonato mundial infantil, siguieron. Por la hazaña deportiva, Julio Granda fue recibido en Palacio de Gobierno por el nuevo presidente constitucional Fernando Belaunde Terry; ese hecho llamó gratamente la atención en Arequipa y Camaná, que organizaron una gran bienvenida.

Una caravana de vehículos acompañaba al pequeño ajedrecista. A Granda lo habían ubicado en una camioneta, y tras su paso, rumbo a la plaza de armas de Camaná, era saludado por la gente. “Recuerdo que en los balnearios la gente salía a su puerta y saludaba. Yo soy muy frío para esas cosas. Mientras que el locutor arengaba a la gente, yo le decía: 'Tío, pero yo no conozco a nadie'. Y él me decía: 'Sobrino, tú saluda nomás, saluda, la gente está contenta'. Y yo seguía saludando".

La caravana llegó a la plaza de armas y en efecto había un mar de gente que coreaba el nombre del ‑ amante campeón mundial. Julio Granda, entre sorprendido y confundido, trataba de buscar algún conocido, alguien con quien conversar en toda esa euforia colectiva. “Yo tenía 13 años y estaba iniciando mi adolescencia, y como a todo chico a mí me gusta una chica, pero esa muchacha ni bola me daba, es más, creo que no estaba ni en su lista de suplentes. De pronto, en todo ese mar de gente, se me acerca un amigo y compañero del colegio, me sonreía y me hacía señas para que volteara para el otro lado, y me volvió a señalar a una persona; ahí estaba esa chica que me gustaba y que no me daba bola, pero curiosamente ella me miraba ya con otros ojos, y así lo sentía, y yo me pregunte: ¿Tanto he cambiado en un mundial?”.

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Soy periodista y me gusta serlo y pienso que: En esta vida hay de todo, periodistas que dicen que no se casan con nadie, pero que se acuestan con cualquiera, lastima que sea impotente.