La facturación del Mundial de automovilismo, propiedad de Liberty
Media, pasó de 620 millones de dólares a 24 millones entre enero y junio de
2020.
La Fórmula 1, bajo mínimos. El Mundial de automovilismo,
propiedad de Liberty Media, ha experimentado una contracción del 98% de su
facturación en el primer semestre de 2020, de 620 millones de dólares a sólo 24
millones. La competición, que no arrancó hasta el mes de julio, también
registró 122 millones en pérdidas operativas.
La competición arrastra pérdidas acumuladas por 543 millones
de dólares, aunque tras los diferentes movimientos para ganar liquidez
financiera y los créditos solicitados, la F-1 dispone de 2.300 millones de
dólares en caja, razón por la que Liberty Media ha rechazado cuestionar la
viabilidad del proyecto.
El único ingreso registrado por la F-1 durante este período
fue una aportación por patrocinio que no estaba vinculada a los grandes
premios. La organización alega que la caída habría sido mayor de no haber
tomado medidas para contener los costes, incluidos los de personal, y de haber
cortado el pago a los equipos, que se conceden de forma prorrateada a medida
que se disputan las carreras.
Asimismo, también se suprimió el canon que pagan los
circuitos por organizar los grandes premios e, incluso, es la F-1 la que está
abonando una tarifa a algunos trazados como Silverstone. El Mundial regresó al
asfalto a principios de julio y se espera que se dispute en Europa de forma
íntegra tras renunciar a Brasil, México y Estados Unidos.
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