Tras el pitido final, Jader Harb Rizqallah Garib se abrazó con sus allegados, salió de la zona del palco y se dirigió al campo de juego. En el trayecto le pregunto: "¿Es consciente de que ha entrado a la historia de Melgar y, por ende, de Arequipa?". Me observa y responde: "Esto es para todos, para que empiecen a valorar lo que se hace; pero vamos hacer mucho más, vamos hacer grande al club".
Jader, el inversionista, siguió su marcha, se abrazó con Juan Reynoso, también con los jugadores, y festejó el campeonato.
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