miércoles, 12 de octubre de 2016

Solo ser sinceros


Escribo estas líneas muchas horas antes de conocer el resultado entre las selecciones de Perú y Chile, por las eliminatorias a la fase final del Mundial de Fútbol en Rusia en el año 2018. Según la FIFA, ente máximo y regulador de todo este gran negocio llamado fútbol, el Mundial se inicia con una 
primera fase llamada eliminatorias. Que por intereses comerciales algunos marketeros la quieran cambiar a clasificatorias es otro cuento.
Sin duda que el fútbol es un gran negocio y no puede quedar al margen de todo esto nuestra selección nacional. Para ser sincero me gustaría ver a la bicolor en un mundial de fútbol, cómo añoro aquellos años que teníamos presencia en este torneo ecuménico. Sin duda que el ambiente era otro.
¿Realmente tenemos posibilidades de ir a un Mundial? Antes que se inicie este proceso, sostenía que era muy complicado llegar a este certamen, y sin saber el resultado de anoche, sigo pensando lo mismo por una serie de razones que hoy no expondré.
Pero, ¿por qué no son sinceros con la población y de frente se les dice “no vamos ir al mundial”?
Me pregunto: ¿anoche cuántas personas, grupos de amigos en la casa o  en un local determinado, se juntaron al frente del televisor con unas cuantas botellas o cajas de cerveza? ¿Se incrementó o no la venta de este producto anoche?
¿Cuántos jóvenes se siguen creyendo el cuento de que el servicio de las redes sociales en su teléfono celular es gratis y se sumergen en ese mundo, posteando, chateando, escribiendo sobre el partido de fútbol que están observando? Nada, pero nada es gratis en el mundo empresarial.
La Federación Peruana de Fútbol tiene como patrocinadores oficiales a Coca Cola y  Cristal; a socios oficiales como Movistar, Umbro, Hyundai y Pecsa; y proveedores y licencias oficiales como Milo, Hunter, Panini y Lavaggi.
El auspiciar o patrocinar una selección nacional de fútbol es casi siempre un buen negocio, pero siempre y cuando el fútbol siga alimentando pasiones y el patriotismo siga latente. Sin duda que ese patriotismo en el deporte y en especial el fútbol es todo un fenómeno sociológico y psicológico.
Cuando gana la selección, el triunfalismo, la euforia está en su máxima expresión en las calles (buen momento para consumir); y cuando cae derrotado, surge un pesimismo, pero inmediatamente los entes correctivos (grandes medios de comunicación) nos hacen surgir una esperanza tímida, el que sí se puede. El objetivo no es perder esa pasión que te lleva a pedir dos más.
Crean lemas como ‘Sudemos la camiseta’ y ’Seguiremos alentando’; te convocan para que seas parte de la selección. Se sostiene que Coca Cola pagó 4 millones de dólares a la federación.
Ustedes creen que Movistar, que se dice pagó 18 millones de dólares por los derechos de transmisión a través de CMD, va decir al cien porciento que estamos eliminados. Creen que los medios nacionales escritos futboleros van a comunicar que ya estamos fuera, que somos malos y no hay esperanza. Y  después ¿qué vende? Piensan que periodistas o comunicadores que no saben más que hablar de fútbol, van a poder subsistir en el mundo del deporte. Todo es un engranaje, todo es una maquinaria. Después de todo, todo es fútbol.

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Soy periodista y me gusta serlo y pienso que: En esta vida hay de todo, periodistas que dicen que no se casan con nadie, pero que se acuestan con cualquiera, lastima que sea impotente.