Texto y Foto: Frabrico Revoredo Carty
Caída la noche, Nilson me contesta el teléfono desde la casa en donde vivió por dieciocho años, en la capital de la República. “Discúlpame, hermano, me quedé dormido y luego tuve que irme al entrenamiento. Ahora claro que podemos conversar un rato”, me dice el futbolista de la selección peruana, quien, en tan solo un año, ha pasado de jugar su primer partido en el fútbol profesional con Melgar, a debutar hace poco en la selección absoluta y ser visto por más de 50 millones de personas alrededor de todo el mundo. Cosas que suceden tan rápido en el camino de un joven de 22 años, pero cosas con las que tendrá que vivir y llevar de la manera más inteligente, si la meta es triunfar en el deporte rey. Y es que el fútbol te obliga a madurar rápido. Con 17 años Pelé ganó su primer mundial y Lionel Messi ya había marcado su primer gol en el Barcelona; lo cual indica que si uno no se adapta rápido, corres el riesgo de terminar en las tristes páginas del olvido deportivo.
Nilson, ¿cómo haces para no sentirte abrumado por el rutilante éxito que estás viviendo?, le pregunté una vez. “Creo que ser un profesional en todo sentido, es el secreto de todo. Por suerte tengo una vida tranquila y hay mucha gente cercana que está conmigo siempre, por ellos lo hago todo”, respondió, haciendo alusión a su familia, que siempre está presente para darle su apoyo incondicional.
SU Debut ANTE PARAGUAY
El morbo se había insertado en los aficionados arequipeños desde que se supo que Miguel Trauco, lateral izquierdo cotidiano en los últimos esquemas de Gareca, arrastraba una tarjeta amarilla del partido que perdió Perú ante Chile. Una amarilla más y se quedaba sin jugar, lo cual le daría a Nilson Loyola su primera oportunidad de demostrar lo que vale con el equipo de todos. Y como si los astros se hubieran alineado para aquel cometido, el zurdo de la ‘U’ recibió la tarjeta en Asunción y el ‘Tigre’ optó por hacer debutar a Loyola, cuando el encuentro hervía en el 1-1. Pensábamos que debutabas ante Brasil, ¿qué te pasó por la cabeza cuando Gareca te llamó y te dijo que había llegado tu momento, dadas las circunstancias? “Se sabía que tendría la posibilidad de debutar en esta fecha doble, ya que Miguel tenía una amarilla, pero no pensé entrar en esos momentos. Fue el debut soñado para mí, por lo que se hizo. Estar en una selección absoluta de mi país y sacar un triunfo de esa magnitud, de visita, es algo para lo que no tengo palabras. Se torna muy especial, por todos los condimentos que tenía el partido. Ahora no puedo dormirme y solo me queda trabajar como lo estoy haciendo para seguir siendo considerado en el equipo”, comentó Loyola, con un tono de su voz que denotaba evidente emoción. ¿Cuáles fueron las palabras previas del profesor Gareca justo antes de que ingreses? “Me apuntó algunas cosas defensivas. Que esté atento a la marca del volante ofensivo que estaba por mi lado. De ahí, que me soltara, que este era un partido más. Que no tenía la presión de nadie, es más, contaba con el apoyo de todos mis compañeros y que juegue como lo hago en Melgar. Eso me dio la confianza de entrar a la cancha y hacer mi función, básicamente”.
EL RETO BRASIL
Estando a tres puntos del repechaje, Perú tiene una guerra pendiente contra Neymar y sus amigos. Eso lo sabemos desde acá, lo sabe Loyola y lo sabe el país entero: a la ‘Canarinha’ se le gana o se le gana. Esa es la consigna de Gareca y sus guerreros. Con la experiencia de Paraguay, Nilson no puede evitar soñar en ser el elegido para marcar esa banda izquierda. No obstante, la humildad que lo caracteriza obliga al intrépido jugador a tomar las cosas con calma y seguir aquel modus operandi que le ha hecho conseguir tanto en tan poco. “No me han comentado nada sobre el partido que viene todavía. Hay que pensar que Jair Céspedes también ha sido convocado y él se desempeña en mi posición, así que nada está dicho aún. Esperaré hasta el martes para poder ver qué pasa, a ver si puedo alternar y que me den la oportunidad nuevamente”, comentó sin ánimos de anticiparse al futuro. Desde el otro lado del teléfono, le pedí que al menos se imaginara enfrentando a Neymar, Coutinho, Renato Augusto o Gabriel Jesús. Solo así dejó un momento la realidad y se aventuró, por escasos segundos, sin dejar su sobriedad característica, a volar y colocarse en el césped del Estadio Nacional. “Sería una experiencia linda enfrentar a tantos jugadores que ya tienen un roce internacional importante. Dejaré todo para poder desempeñarme de la mejor manera”, finalizó.
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