Lima. Si bien algunos podrían aplicar la frase “lo que comienza mal, termina mal”, haciendo alusión a ese nefasto inicio de año, esa desastrosa campaña en Libertadores y aquel Torneo Apertura intrascendente de Melgar, esta vez no es el caso. Y es que el equipo que ayer terminó subcampeón tuvo que remar contra todo y contra todos para llegar a donde llegó. Contra los rivales que los daban por muertos, contra la prensa desestabilizadora y contra su misma hinchada que, por momentos, supo pedir el despido de Juan Reynoso.
Pero este león tenía mucho que decir. Este león le calló la boca a todos. Este león se alzó por sobre el resto y –a punta de amor propio- vio caer a sus víctimas, hasta llegar a esa ansiada final ante Cristal.
¡Levanta la cabeza, arequipeño!, que tu Melgar no se desplomó, cual muro de sillar, sino que –en el 2016- demostró nobleza, humildad y unas ganas de comerse el mundo increíbles.
Hace tres años, el ‘Dominó’ no era nada para el fútbol peruano, sin embargo ahora se ha convertido en uno de los máximos exponentes de lo que es ser un ejemplo tanto afuera como adentro de una cancha de fútbol.
¡Melgar murió de pie, señores! Impuso su ritmo con gallardía en el Estadio Nacional, pero el destino no quiso que esta vez se lleve la copa. En ningún momento del encuentro Cristal fue más y, en ningún momento del campeonato, Melgar agachó la cabeza.
EL GRITO AHOGADO
Aparte de una gran atajada de Patricio Álvarez en el primer tiempo, el arco rojinegro no pasó grande apuros, tanto en la capital como en la Ciudad Blanca.
Sin embargo, la estrategia defensiva de Cristal rindió frutos y por eso ahora es el nuevo campeón nacional con el 0-0 en Lima. Si hay algo que criticarle a la escuadra arequipeña es lo poco efectivo que fue su ataque en estas dos definiciones. No obstante, los atacantes no deberían cargar con todo el peso de la culpa, ya que este Melgar de las finales se caracterizó por tener la pelota, pero no hacer mucho daño con ella.
Es ahí donde los celestes aprovecharon dicha esterilidad ofensiva de parte del rojinegro para generarle ansiedad en la cancha. Cristal, con poco, se las ingenió para que ese gol de penal -en Arequipa- se encargue de darles el título.
Nunca se vio esa “Máquina Celeste” que barre con sus rivales, pero, en un partido donde ambos equipos dieron poco espectáculo, el valor agregado estuvo en las individualidades defensivas del ‘cervecero’. Mención especial para Jorge Cazulo. El uruguayo de Cristal debería hacer un manual de cómo hay que enfrentar una final.
UNA NUEVA ERA
No hay que enflaquecer los ánimos, hincha de Melgar. Porque el club está entrando en una época más que esperanzadora. Los cambios que está sufriendo el rojinegro, como institución, lo han puesto en el sitial que se merece. En tan solo tres temporadas, Melgar se ha vuelto de temer, Arequipa se convirtió en la plaza donde nadie quiere jugar y Reynoso en el técnico que todos quisieran tener. El próximo año, las divisiones menores del club también serán parte de la revolución ‘reynosista’ y serán sentadas las bases de un plantel sostenible a través del tiempo. Si no fue en esta ocasión, será más adelante, melgariano, porque fundamentos tiene tu equipo para volverse un grande del balompié sudamericano y seguramente así será.
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