jueves, 9 de marzo de 2017

Piurano Hernán Viera, pesista olímpico, entrena en Arequipa


A la edad de 14 años, Hernán Moisés Viera Espinoza trabajaba para ayudar a su mamá. Él tenía un triciclo en el que llevaba bidones llenos de agua. Los transportaba por los arenosos caminos del distrito de Castilla, Piura, donde vendía el líquido elemento.
Hernán estudiaba en el colegio Capitán FAP José Abelardo Quiñones Gonzales. Un día, uno de sus compañeros le comunicó que había llegado al colegio el profesor Ricardo Gonzaga y que estaba captando estudiantes para aprender el deporte del levantamiento de pesas.
“Ese tiempo me gustaba jugar mucho al fútbol.  Hasta entonces, yo pensaba que el levantamiento de pesas era igual que el fisicoculturismo. Fue el profesor Gonzaga quien me explicó que los dos deportes eran totalmente diferentes, y me animó para inscribirme, y lo hice por curiosidad. Me puse a entrenar. Pero lo curioso era que me hacía practicar levantando  palos de escoba. Dentro de los que entrenaban ya había gente que tenía buen tiempo practicando. Eran 7 chicos y 9 chicas, y ellas levantaban pesas como si nada, y me dije que yo también tenía que hacer lo mismo, y comencé a practicar duro”, recuerda Hernán.
Él no podía ir a entrenar muy seguido, tenía que trabajar. Él y su madre vivían en extrema pobreza. Un día, el profesor Ricardo Gonzaga decidió seguirlo para ve lo que hacía, por qué no iba a entrenar. Y se dio con la sorpresa que acarreaba agua en su triciclo. Ahí comprendió la tremenda fuerza y potencia que tenía. Gonzaga habló con la señora Rosa Espinoza, mamá de Hernán, para que pueda ir a entrenar, y se comprometió en ayudarlo en su alimentación y estar pendiente de sus estudios del muchacho. La señora aceptó.
“Yo me he criado en un barrio muy bravo, donde uno estaba propenso a caer en el mal. Fue el profesor Gonzaga quien me orientó y me apoyó. Entrené duro y seis meses más tarde participé en mi primer campeonato, en Lima, y gané la medalla de oro. Sin duda, ese triunfo fue el impulso que necesitaba para meterme de lleno al levantamiento de pesas”, recuerda y sonríe Viera Espinoza.
En el 2008, llega a convertirse en campeón nacional en la categoría sub-15; y ese mismo año, con tan solo 15 años, logró ser también campeón nacional en la categoría juvenil, venciendo a deportistas de 20 años de edad.
En el 2009, Viera Espinoza comienza a entrenar bajo las órdenes  del profesor cubano Pedro Óscar Cadierno Mattos, y en abril de ese año logra ser convocado a la selección nacional e ingresar al Centro de Alto Rendimiento de Chiclayo.
“Ahí cambió toda mi vida. Yo siempre dormí en una cama cuyo colchón era de paja, guardaba mis cosas en cajas de leche; y ahora tenía un closet. Nunca tuvimos luz eléctrica y ahora hasta una lámpara de noche había en mi cuarto. Nunca comí tres veces al día y ahora sí lo hacía. Para mí, todo esto fue un sueño, un lujo. Después comencé a recibir una subvención, y podía ayudar a mi mamá”, recuerda con nostalgia.
Hernán Viera hoy tiene 24 años. Y no solo llegó a ser campeón nacional, sino que logró ser campeón sudamericano, panamericano; y el año pasado participó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, donde quedó en el noveno lugar.
“Yo tengo un reto, de estar en las Olimpiadas de Tokio del 2020 y luchar por una medalla. Soy joven y trabajo duro para lograrlo; lo hago por mi hija Emily Viera Cuba, por mi familia, mis amigos y mi país”, sostiene.
Desde el 2015, Hernán Viera entrena en el Centro de Alto Rendimiento de Cerro Juli, en Arequipa, bajo las órdenes del profesor Edwin Murga Sosa. Ahora están en pleno trabajo general y buscan que el IPD le pueda financiar su preparación en Cuba, los meses de abril y mayo. Las competencias de trascendencia que tendrá este año será el Panamericano Abierto de junio, en Miami, Estados
Unidos; y los Juegos Bolivarianos, en Santa Marta, Colombia.

PALMARES DE HERNÀN VIERA
22 veces campeón nacional en todas las categorías
5 veces campeón sudamericano
3 veces campeón panamericano
3er puesto en un preolímpico
9no puesto en los Juegos Olímpicos de Río 2016

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Soy periodista y me gusta serlo y pienso que: En esta vida hay de todo, periodistas que dicen que no se casan con nadie, pero que se acuestan con cualquiera, lastima que sea impotente.