Hora y media antes del partido entre peruanos y jamaiquinos, se observó, en las afueras del estadio agustino, larguísimas colas. Grandes y pequeños, damas y caballeros, familias enteras, pugnaban por ingresar al recinto deportivo y ubicarse en buenos lugares. Las colas llegaron hasta más de cuatro cuadras.
Es más, cuando se jugaba los 20 minutos del primer tiempo, la gente seguía ingresando al estadio.
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