El
barcelonismo vive estupefacto el pulso Messi - Bartomeu que está dañando la
grandeza del Barça y la leyenda de Leo. El FC Barcelona y Leo Messi parecen
abocados al peor escenario posible, por desagradable y por imprevisible.
Mientras el barcelonismo contempla con sorpresa cómo el final del ciclo de su
‘D10S’ se puede convertir en un esperpento, las partes se empeñan en olvidar
aquella máxima sagrada de que “siempre es mejor un mal acuerdo que un buen
juicio”.
Las
argumentaciones, desde Castelldefels y desde Arístides Maillol, incluyen el ofrecimiento de una cumbre. Pero
los hechos, hasta el momento, son que el argentino no se personó el domingo ni
lo hará este lunes en la Ciudad Deportiva, para reforzar su estrategia de
salida.
Y desde el
club explican que “todavía” no van a tomar medidas disciplinarias por su
ausencia a las pruebas PCR; y en ese “todavía” va implícito que lo consideran
su capitán, al menos hasta el 30 de junio de 2021.
A la espera
de que aterrice Jorge Messi en Barcelona, el padre y representante de Leo y que
sería quien se reuniría con el presidente Josep Maria Bartomeu, unos y otros
están desgranando sus guiones, paso a paso. Unas estrategias que, en el mejor
de los casos, desembocarían en ese mal acuerdo; pero que por el momento apuntan
a un litigio en toda regla.
LA ESTRATEGIA DE MESSI
Considera
que la cláusula liberatoria seguía vigente en el momento de enviar el burofax
(25 de agosto)
Ya no se
considera jugador del Barça ni cree que tenga que pagar la cláusula de
rescisión de 700 millones
El domingo
30 de agosto no se presentó a las pruebas PCR y el lunes 31 tampoco acudirá al
primer entrenamiento de la era Koeman
Sigue
pidiendo al Barça una reunión para pactar su salida de una manera amistosa
Está esperando cerrar un acuerdo con algún
gran club europeo: el Manchester City, su favorito
Pedirá el
transfer provisional a la FIFA para fichar por otro club y empezar a jugar
SE SIENTE FUERA
Leo Messi no
quiere seguir un año más en el Camp Nou y, menos aún, prorrogar su contrato.
Considera que, por las circunstancias de la pandemia del coronavirus, la
cláusula liberatoria seguía vigente el 25 de agosto, cuando envió el
burofax.
Ya no se
considera jugador del Barça, ni obligado a pagar los 700 millones de la
cláusula. ‘Onda Cero’ dio a conocer un
punto del contrato al que se aferraría el rosarino:
“Esta
indemnización no aplicará cuando la resolución del contrato por la decisión
unilateral del jugador tenga efecto a partir de la finalización de la temporada
2019-20”.
Desde el
club defienden que este punto solo tenía sentido hasta el 10 de junio pasado,
ajustándose a la literalidad de la cláusula unilateral y no aceptando esa
interpretación del ‘espíritu’ de la cláusula.
Messi sigue
pidiendo una salida para pactar una salida amistosa y poder cerrar un acuerdo
con algún gran club, con el Manchester City de Pep Guardiola como primero de la
lista; y su siguiente paso sería pedir el transfer provisional a la FIFA.
LA ESTRATEGIA DEL BARÇA
La cláusula
liberatoria unilateral caducó el 10 de junio, como especifica el contrato
Tiene
contrato en vigor hasta el 30 de junio de 2021 y una cláusula de rescisión de
700 millones
Bartomeu se
niega a venderle y solo se reunirá con él para negociar una renovación que ya
estaba avanzada
El Barça
dejará de pagarle la parte proporcional de su salario los días que no vaya a
trabajar (entrenar)
El día 5 de
octubre se cierra el mercado: si no ha traído los 700 millones de la cláusula
jugará con el Barça o se pasará un año en blanco
Si se va a
otro club, el Barça presentará una demanda por incumplimiento de contrato y el
juez decidirá indemnización
NO ES TRANSFERIBLE
Unos
argumentos que colisionan con los de Bartomeu, que defiende que desde el 11 de
junio solo queda hablar de una ampliación del contrato que expira el 30 de
junio de 2021.
No se
negocia con otros clubes que, en todo caso, deberían depositar el importe de la
cláusula de rescisión de 700 millones y recuerdan que la fecha tope es el 5 de
octubre. Una vez se cierre el mercado, Messi deberá escoger entre volver a defender la camiseta blaugrana o
estar un año en blanco.
En el caso
de que hubiera conseguido un transfer provisional de la FIFA -La Liga española
ya anunció ayer que no se lo concederá- para jugar en otro club, el Barça iría
al tribunal laboral denunciando un incumplimiento de contrato y exigiendo una
indemnización.
Unas
acciones que irían asociadas a las medidas disciplinarias que se le
aplicarían por su incomparecencia en los
entrenamientos.
Sin duda, un
panorama tétrico, dañino para la grandeza del club y la leyenda del futbolista,
y que, de no producirse un giro muy significativo, hace presagiar una temporada
explosiva en can Barça.
PRUDENCIA ENTRE LOS CLUBES CANDIDATOS
De manera
paralela al pulso Barça-Messi se suceden las noticias que ligan a Leo al
Manchester City, el PSG o la Juventus. Los candidatos se muestran prudentes
hasta que no se aclare definitivamente si la cláusula liberatoria se considera
en vigor, como defiende el futbolista.
Son
conscientes de que corren el riesgo de vulnerar las normativas y ser
sancionados si el contrato del argentino se considera en vigor hasta el 30 de
junio de 2021.
En ese caso,
no se podría negociar con él hasta el 1 de enero de ese año, a riesgo de ser
sancionado. Y si el Barça denuncia a Leo por incumplimiento de contrato en los
tribunales laborales, sería un juez el que decidiría qué parte tiene la razón; y si se la da al club,
establecería qué cantidad debe recibir como compensación.
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