viernes, 18 de diciembre de 2015

Por qué Melgar es querido





En la primera década del siglo XX, Arequipa era tranquila y señorial,  el arequipeño era orgulloso. No se amilanaba ante nadie y mucho menos ante los de la capital. El loncco (del campo) y el ccala (de la ciudad) siempre eran altaneros ante cualquiera y en especial ante el limeño. Bajo ese contexto se puede entender por qué Melgar llegó no solo a ser querido por toda la ciudad, sino idolatrado.
A fines de la primera década  del siglo pasado,  dos equipos dominaban el mundo del fútbol en Lima: el Association Football Club, que después sería el Ciclista Lima,  y Centro Sportivo Tarapacá Ferrocarril  del Callao, que era conocido como El Expreso.
Augusto Brondi, fundador y presidente del Association,   tuvo  noticias que en Arequipa se jugaba un buen fútbol, entonces ideó  traer un equipo arequipeño para  que mostrara su poderío en Lima ante su equipo.
En los primeros años  del  FBC Melgar no todo era fútbol; los jóvenes  también eran amantes de la bohemia, de las serenatas a pie del balcón de la amada. Básicamente, los mozos se desenvolvían con cantos y guitarras por las calles Perú, Pizarro, Maestranza, Calle Nueva, parque Bolognesi (Hoy parque Duhamel, donde se fundó el club).
A fines del mes de octubre de 1919, corrió el rumor de que un equipo de Arequipa iría a jugar a Lima contra el campeón capitalino. Días después se confirmó la noticia; pero no solo era un partido, sino  dos  contra  el Association. Según las informaciones, el representante arequipeño sería el campeón   de un certamen que se estaba jugando en Arequipa, el Torneo Von Der Heyde,  que ganó el  FBC Aurora, lo que le daba derecho de  viajar a Lima.
Pasado los días, llegó una  noticia que sorprendió a todos, la invitación proveniente de Lima  era para el FBC Melgar y no para el FBC Aurora. Muchos años después, se conoció  que el capitán rojinegro y dos delegados habían viajado a Lima y se entrevistaron con Augusto Brondi, y argumentaron el  porqué Melgar tenía que ser invitado. Es, quizás, por este hecho la gran rivalidad que arrastran hasta  hoy rojinegros y aurinegros.
La mañana del viernes 21 de noviembre de 1919, un ambiente de fiesta se vivía en toda la ciudad de Arequipa, un buen número de aficionados llenaron el andén del ferrocarril  para despedir a los jugadores de Melgar,  que partían rumbo a Mollendo, desde donde enrumbarían a Lima. 
Melgar llevó lo mejor que tenía, además de algunos refuerzo, entre ellos Hilario Maturana -que reforzaría la defensa-, el recio y alto jugador se unió a los rojinegros en Mollendo. Cuentan que por la premura del viaje, Maturana se olvidó sus chimpunes, estando en Lima trataron de comprar un par, pero fue imposible encontrar unos zapatos deportivos de talla 44. Carlos Villanueva se dio por vencido después de recorrer todas las zapaterías de Lima. Al final, Hilario Maturana tuvo que jugar con los famosos zapatos domingueros de media caña y tacos de goma.
Luego de descansar un día en Mollendo, el domingo 23, los melgaríamos abordaron unas lanchas que los llevarían hasta el vapor Ebro, que tres días después llegaría hasta el puerto del Callao. Fueron recibidos en medio de mucha expectativa. Un grupo de residentes arequipeños  les daba la bienvenida, al igual que los directivos  de los clubes Progreso, Atlético Chalaco y el Jorge Chávez (Nro. 1 de la Liga Peruana de Football).
Para la gran mayoría de melgarianos, era la primera vez que pisaban la capital, la urbe les parecía impresionante; lo nublado, la humedad, les incomodaba.  A muchos  no les cayó bien la comida y hubo descompensación estomacal.
El domingo 30 de noviembre se desarrolló el primer partido ante el Association. El escenario fue la vieja cancha del Velódromo de Lima, hoy ahí se ubica el parque Hernán Velarde. Era un área que más tenía tierra que césped; además no tenía graderías.
A las 15:55 horas inició el partido. El cuadro local dominó ampliamente el partido, pero los arequipeños demostraron tener una sólida defensa. Uno de los personajes que llamó la atención, y no por su buena labor, fue el árbitro “gringo”  Charles Downey, que con sus determinaciones perjudicó a los arequipeños, tanto así que en el final del compromiso un aficionado ingresó al campo de juego y con palo en mano agredió al  árbitro. Ganaron los limeños por 1-0, con gol  de Luis Muñoz, de cabeza.
El segundo compromiso se programó para el domingo 7 de diciembre.  El escenario fue el campo de Santa Beatriz,  lugar que ahora ocupa el Estadio Nacional. En esta oportunidad hubo más gente. Pese a que Melgar perdió el primer partido, había demostrado un buen nivel de juego y ese fue el motivo para que más público asista al compromiso.
Los negros y rojos, como llamaban la gente a los arequipeños, ya estaban adaptados al clima de la capital y entonces pudieron demostrar su verdadero nivel de juego. Ganaron el compromiso por 2-1, con goles de Salomón Rodríguez  y Manuel Ramírez; para el Association anotó Leonidas Zúñiga. Melgar ganó jugando bien y, además, consiguió ganar un hermoso y gigante trofeo donado por el diario La Crónica.  La noticia había llegado a la ciudad de Arequipa. El orgullo de ser mistiano fue más grande que el volcán Misti.
Por lo mostrado en el campo de juego, se decidió concretar un partido más. Esta vez, el rival para Melgar sería el  Centro Sportivo Tarapacá Ferrocarril  del Callao, que se reforzaría con jugadores del Sport Alianza,  hoy Alianza Lima.
El sábado 13 de diciembre, el día acordado para que los arequipeños se enfrentaran a lo que muchos consideraron una selección de Lima, el escenario donde se desarrolló el compromiso fue el campo de la Federación de Estudiantes. Esta vez, los de Melgar mostraron un mayor poderío y el partido fue catalogado como excelente,  de muy buen juego; tanto así que el público aplaudía la superioridad de los hijos del Misti. El resultado final fue de 2-2. Los arequipeños recibieron una medalla de plata por su actuación.
Las noticias de los partidos jugados por Melgar llegaron a Arequipa mediante telegramas. Antes que los melgarianos arribaran  a la Ciudad Blanca, ya se vivía un ambiente de fiesta. El 15 de diciembre, los arequipeños retornaron a la tierra querida. El recibimiento fue apoteósico. En la ciudad apacible no había otro tema de conversación que no fuese la gran campaña de Melgar. El alcalde,  el Dr. Andrés Meneses Cornejo, los  felicitó.
Por todo poblador arequipeño corría el orgullo de ser de Arequipa. Comenzó a crecer un sentimiento de gratitud por FBC Melgar,  que había hecho quedar bien en alto no solo el fútbol mistiano, sino el nombre de Arequipa.
Por varios domingos, la gente que no disfrutaba mucho del fútbol comenzó a ir al Canchón de Santa Marta para ver quiénes eran esos mozos que habían triunfado en Lima. Así comenzó a crecer la simpatía y el cariño por los rojinegros, que sería reforzado 11 años después, cuando fueron a Chile. Pero esa es ya otra historia.

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Soy periodista y me gusta serlo y pienso que: En esta vida hay de todo, periodistas que dicen que no se casan con nadie, pero que se acuestan con cualquiera, lastima que sea impotente.