Por qué Jorge Luis
Cori Sánchez, padre de Deysi y Corí, decidió que enseñar a sus
hijos el juego del ajedrez, y por qué no escogió otra disciplina
deportiva.
Jorge Luis Cori Sánchez, era
un joven trabajador de la empresa Montana, se esforzaba mucho para
sacar adelante a su familia. Todas las mañanas dejaba su humilde
hogar en los arenales de Villa El Salvador. Un día pensaba en el
festival deportivo que se organizaba en su trabajo, él siempre había
participado jugando fútbol, pero su equipo nunca había logrado
buenos resultados.
Jorge
quería ser campeón, soñaba que sus pequeños hijos, Daysi y
Jorgito se sintieran orgullos de papá. Pensó que podía participar
en una disciplina deportiva individual, barajo los deportes posibles
y se quedó con el ajedrez, se dio cuenta que sabía jugar pero de
una forma vaga, entonces decidió comprarse libros y revistas, y
comenzó a estudiar técnicas de juego, sus pequeños hijos eran
testigos y no entendían lo que hacía papá.
Jorge
había conseguido lo que buscaba ser protagonista, no solo ser un
buen trabajador, sino un buen deportista aunque sea solo en su
trabajo. Se sentía contento pese a las necesidades económicas.
Cierto
día pensó que era oportuno enseñar a jugar a sus hijos, la elegida
fue Deysi, pero la pequeña no mostraba interés, le parecía
aburrido, por más paciencia que le ponía al enseñar a ella no le
llamaba la atención, todo lo contrario con el pequeño Jorge, que
observaba con curiosidad cada movimiento de esa figuritas en la mesa
de colores negro y blanco.
Esto
sorprendió a Jorge Luis, entonces concentro todo sus esfuerzos en
enseñar a su pequeño hijo de 6 años, vio que fácilmente entendía
en qué consistía el juego, muy pronto ya disputaban algunas
partidas y padre e hijo la pasaban bien.
Deysi
no era ajena a lo que hacían su padre y hermano, pero lo que más le
llamaba la atención era que ambos se divertían jugando, que se
reían cada vez que uno de ellos movía una pieza. Cierto día se
acercó hasta donde estaba su papá leyendo un libro sobre ajedrez y
le dijo que quería que le enseñe a jugar para poder ella también
divertirse con ellos.
Poco
a poco Daysi y Jorge comenzaron aprender más sobre el ajedrez,
mostraban mucha habilidad en el juego. Un día el padre de los
pequeños se dio cuenta que no podía enseñar más, entonces
decidió inscribirlo en una academia de ajedrez de Villa El Salvador,
allí se sorprendieron con el talento que tenía los hermanos Cori.
Lo demás es historia conocida.
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