El 12 de marzo del 2016, cuando Melgar recibía al Deportivo Municipal en casa, uno de los personajes más queridos por el pueblo arequipeño dejaba la cancha prematuramente. En el minuto 61 de ese partido, Ysrael Zúñiga fue sacado del campo de juego, producto de una lesión que recrudecía en ese momento. Tendinitis rotuliana irreversible fue el diagnóstico del cuerpo médico; es decir, no había cura para el goleador. Más de uno se alarmó; no podía ser posible que la hinchada se perdiera los últimos suspiros de fútbol del querido “Cachete”, en la temporada final de su carrera. Muchos quisieron mandarlo al retiro de una vez. Pero esa fortaleza que siempre lo ha caracterizado y su amor por aquella camiseta rojinegra pusieron al ídolo donde siempre debe estar: en un campo de fútbol, rodeado de su gente y siendo vital en el resultado de su equipo. Y así lo hizo ayer; después de casi cinco meses, Zúñiga entró y le cambió la cara a Melgar. El equipo perdía ante un Vallejo que se defendía férreamente. Pero la picardía del atacante de 39 años hizo que lo derribaran en el área y fuera penal para el ‘Dominó’. Los 90’ terminaron en empate y eso no dejó satisfecho a Ysrael, quien ya da signos de estar cada vez mejor y querer seguir haciendo historia con su club. “Entré bien y pude hacer mi juego en la cancha, pero no me voy tranquilo; quería ganar y no se pudo, ahora es momento de trabajar para llegar a mi mejor nivel”, añadió el histórico. “Cachete” cumplirá 40 este mes, pero tiene el alma de 18 y, mientras el cuerpo se lo permita, luchará con todo lo que tiene para lograr el bicampeonato y colgar los chimpunes como lo haría una verdadera leyenda del balompié nacional y, sobretodo, del fútbol arequipeño.
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