sábado, 15 de marzo de 2014

¡Fuga en el Melgar!

¿Qué oculta el inversionista rojinegro?

Rizqallah armó todo un circo para salir del club


El limeño Jader Harb Rizqallah Garib, nacido el 21 de abril de 1972, quien es el inversionista del Melgar, algo oculta, tiene miedo de poder responder algunas preguntas y, sobre todo, tiene pánico a que lo puedan fotografiar o filmar, si no cómo explicar lo que sucedió ayer en la sede rojinegra.
La historia se inicia cuando trascendió que Rizqallah llegaría hasta el estadio Alto de Amados, donde entrenaba Melgar, pero cuando arribó y observó que había una buena presencia de periodistas, desistió de bajar y saludar a los jugadores y enrumbó al local del club.
Ya en la sede de la calle Consuelo, se les dijo a los periodistas que el inversionista no estaba ahí; es más, cuando el AT José Suárez salió del local, lo primero que dijo fue: "él ya se fue". Tras esperar cerca de 40 minutos, un integrante del personal de auxilio (utilería) se acercó hasta los hombres de prensa y dijo: "Ya se fue, salió por la parte de atrás del club (calle Cruz Verde), yo mismo le puse la escalera para que subiera y por ahí saliera; es más, vamos les enseño por dónde salió". En otras palabras, trató de decir en el argot popular que Jader Rizqallah tiró muro.
Los periodistas deportivos no le creyeron y siguieron esperando. Los relojes ya marcaban el mediodía y, de pronto, por el portón del club abierto de par en par salió, en la motocicleta que suele utilizar, el señor Jorge Jiménez, del departamento de prensa del club; en el vehículo menor iba también un personaje con el rostro cubierto por el casco de Jiménez, daba la impresión de que era una fuga. No es seguro de que se tratara del inversionista.
Cuando eran más de las 13:00 horas, los trabajadores del club salieron a almorzar; el último en irse fue el gerente general, Alfonzo Cornejo, quien simplemente jaló la puerta sin echar seguro, pero atinó a decir, entre broma y en serio, que "el hombre está ahí y, bueno, se quiere quedar, qué vamos a hacer". Después todo fue silencio. 





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Soy periodista y me gusta serlo y pienso que: En esta vida hay de todo, periodistas que dicen que no se casan con nadie, pero que se acuestan con cualquiera, lastima que sea impotente.